miércoles, 6 de febrero de 2008

El Primer Caso de Montalbano - Andrea Camilleri

¿A dónde te puede llevar Montalbano? ¡A Borges!
Cuando consultó el reloj, comprobó con incredulidad que ya habían transcurrido más de tres horas. Las doce y media. ¿Cómo era posible? Observó que no había pasado de la página 71, allí se había detenido para reflexionar acerca de una frase:

El hecho mismo de percibir, de atender, es de orden selectivo: toda atención, toda fijación de nuestra conciencia, comporta una deliberada omisión de lo no interesante.

Eso es cierto -se dijo-, en líneas generales. Pero en su caso particular, es decir, de policía, la selección entre lo que interesa y lo que no interesa no ha de ser contemporánea a la percepción; habría sido un grave error. La percepción de un hecho en una investigación no puede consistir en una elección contextual, tiene que ser absolutamente objetiva. Las elecciones se hacen después, con mucho esfuerzo, y no por percepción, sino por medio de razonamientos, deducciones, comparaciones, exclusiones. Y no está dicho que comporten el mismo riesgo de error, antes al contrario. Sin embargo, porcentualmente, la posibilidad de error es más baja en comparación con una elección debida a una instintiva selección perceptiva. Pero por otra parte y si bien se miraba, ¿en qué consistía aquello que Hammett llamaba "el instinto de caza" sino a la capacidad de una fulmínea selección en el propio acto de la percepción?

Pues entonces ¿qué habría podido escribir y aconsejar un ideal de Manual del perfecto investigador ?¿Acaso la virtud estribaba en la mediocridad, como de costumbre (y se enfureció consigo mismo por la frase hecha que había acudido a su mente)? Es decir, que la elección perceptiva debía tenerse muy en cuenta, pues era lo primero que había que discutir hasta llegar a su negación. (pág.222-223)

2 comentarios:

  1. Muy bueno Camilleri. Sin duda, de lo mejor del policiaco moderno.

    Un saludote.

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  2. Hola y bienvenido profesor!

    Unos de mis favoritos, sí; por detrás de Vázquez Montalbán y por delante de H. Mankell: mis preferidos, hoy por hoy, en este género.
    Sin embargo, déjame decirte que, leer sus otras novelas (Camilleri) también merece la pena, porque su estilo inconfundible (amable, humano, culto, cítrico y socarrón) trasciende al resto de su obra.
    O sea, y dicho de otro modo, resulta interesante conocerle vestido de otro color.:)

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