Mientras conduzco oigo con estupor la noticia del robo en Suiza de cuatro cuadros, de incalculable valor (aunque le pongan precio en millones de euros), de cuatro grandes maestros de la pintura: Champ de coquelicots près de Vétheuil de Claude Monet; Ludovic Lepic et ses filles de Edgar Degas; Branches de marronier en fleurs de Vincent Van Gogh, y L'enfant dans une veste rouge de Paul Cézanne. En ese momento la neurona impresionista impresionada vuela en recuerdo de El Cuadro que ví este verano en el Museo de Orsay.
Estaba en una sala chiquitina, estrecha y oscura. Casi vacía. ¿Qué tenía de especial esa pintura? Aún no lo sé, pero sí recuerdo la emoción que me embargaba mientras hacía la triste foto que veis arriba (pálido reflejo de la obra original): quería volver a verlo muchas veces más, quería averiguar cosas del pintor. No tuve la precaución de anotar nada (siempre llevo bolígrafo y papel, para imprevistos como éste, en el bolso) porque la firma del autor, como se puede observar, es grande y supuse que con "inmortalizarla" en la memoria de mi cámara ya era suficiente. Cuando al terminar el viaje, ya en casa, trastée con la foto y la aumenté, ví que no se leía tan bien como yo había previsto. No me desanimé, porque pensé que con google conseguiría la información fácilmente. Fracaso total, no lo conseguí.
Mas de medio año después oigo la noticia del robo y recuerdo que aún lo desconozco.
Bien, si alguien sabe el título del cuadro o el nombre del pintor ,y es tan amable de decirmelo, la recompensa será hacer un poco más feliz a esta curiosa, quien podrá quitar dos impresionantes interrogantes a su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario