martes, 13 de octubre de 2009

After Summer in a Dead End Street


   Una de las cosas buenas del Celler Pagès es el menú que ofrece a diario, la otra es su precio. Pero aún tiene unas cuantas ventajas más, su enclave, por ejemplo. En pleno centro de Ciutat , muy cerquita de Sa Llotja, se esconde en una callejuela estrecha y corta, lo que los franceses llaman "un cul de sac" y los ingleses "dead end" ; esto define el tipo de clientela que tiene, parroquiana y autóctona. Solo algún  que otro turista despistado se ve animado a entrar al pequeño restaurante por la angosta puerta que alumbra a la calle. El local ofrece siempre un ambiente limpio, sencillo y tranquilo; muy acorde a lo que nosotras buscamos en estas comidas periódicas. Comidas en las que aprovechamos para ponernos al día de nuestras vidas frente a una crema de calabacín o unos pimientos de piquillo rellenos de pescado. Luego acostumbramos a pasear la digestión junto al mar, bañadas por la luz mediterráneada y olvidando el navegar de automóviles que por el Paseo Marítimo se deslizan en aletargado movimiento.



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