martes, 18 de marzo de 2014

Soy un enamorado de mi privacidad

     El siguiente relato , resultado de mi faceta más pedigüeña, pertenece a Manuel M. S. quién, tras darle la tabarra, accedió a compartirlo en este pequeño rincón. 
   Qué lo disfrutéis, al menos, tanto como yo. 

   Soy un enamorado de mi privacidad; a ver, enamorado no sé, pero de lo que estoy seguro es que la necesito y esa necesidad es la causa de que con ella me sienta tan a gusto como me siento cuando disfruto de su compañía. Siempre que he prescindido de ella, el desastre. La primera vez que recuerdo su ausencia fue mi noche de bodas. Me acostaba con ella y eran momentos deliciosos; era muy celosa y solo me permitía compartirla con un libro, así que éramos un trío maravilloso: mi libro, mi privacidad y yo. Aunque se que los tríos son pecado, nunca lo confesé al cura y, curiosamente nunca tuve remordimiento por ello. Pues bien esa noche, la de mi boda, le di con la puerta en las narices y la sustituí por Carmen María; era necesario....más, era imprescindible y aquello fue un desastre. Años más tarde, sin un reproche vino de nuevo a mí y el por qué lo relato a continuación. Ocurrió que mi cuñada me convenció para que fuésemos un día a una playa nudista; ella con Miguel, su compañero, y yo con Carmen María. Llegado a la playa añoré a mi querida privacidad y deseé que me tomara entre sus tranquilizadores brazos y me evitase la exposición de mi integridad; intuía un desastre y el desastre tenia carga retardada. Desde aquel día Carmen María tenía un cierto brillo malicioso en los ojos y una evidente alegría en el cuerpo. Una tarde de Septiembre, su hermana vino a verme entre llorosa e indignada preguntándome si había advertido algo....." Tu no notas nada?" "¿Yo, notar qué?","¡ay, que memos sois los hombres!" , "Mujer, como no seas más clara....", " Carmen María....¡pero si era una mosquita muerta, si era la santita de la casa, la niña modelo!", ".....¿Y?" "ufff, que irritante, que pardillo y que....que..., no me extraña, no me extraña nada, Miguel te da mill vueltas. Siempre pensé que que buena pareja hacíais, los dos tan...., tan....", y , eso no era una mujer, eso era una boca mezclando barbaridades, juramentos, insultos, diciendo incoherencias, señalando no se que de grande y poderosa la de uno y escuchimisá la del otro...¡lo que dijo esa bocaaaaaaaaa! Un ahogo, un llanto intenso, incontenible , hizo que esa mujer no pudiese emitir más sonidos inteligibles. Por fin una luz se hizo dentro de mi y, cuando Carmen Maria llegó esa noche no me sorprendió su petición de divorcio.

    Días más tarde recibí una llamada de su abogado citándome en un café cercano a su despacho. Acudí y ...." Se va a presentar una demanda por estafa continuada", "¿Estafaaaa , quién estafa, a quién se estafa"? , "Carmen María le acusa de haberla engañado desde que se casaron", "¿Engañadaaaa....ellaaaaa? Aquí el engañado he sido yo, ¡creo que está claro!", " Ha sido tajante en esto: engañada cada día, cada minuto" , "y en que consiste el engaño si puede saberse?". Miró a uno y otro lado y, acercando su rostro al mio me dijo cosas.....¡que cosas me dijoooo! .En mi cerebro se confundían antiguas palabras de pasíon con " haber presentado como algo insuperable lo facilmente superable, como material de primera lo que no era sino mercancía propia del más lejano oriente, el cielo con lo que no era más que un decorado con algunas, pobres estrellas y la luna de Valencia......" Sentí asco, rabia, pena, vergüenza, mucha verguenza y pedí que me dejase solo; ni fuerzas tenía para salir de allí.
Y aquí estoy con ella de nuevo; con sus caricias de siempre, con sus mimos, con su amor que tras un tiempo de ausencia, se mantiene en su intensidad."Nunca, nunca te amaron, nunca te amarán como yo te amo; nunca serás más hermoso que cuando yo te miro" . Y así, con sus inaudibles arrumacos que penetraban mi interior como mil caricias sonoras, pasaban mis días....." Sé obediente, no te rebeles, que no nos molesten; ellos no te llevarán si tú disfrutas de esta habitación y mi compañia. Ya sabes que jamás te abandonaré, y cuando ya no estés aquí, cuando digas adiós para siempre, yo seré más tuya que nunca y tú serás mio, y lo serás para siempre". "Pero hasta que eso llegue.......Ea¡ ya están aquí, toca paseo.....venga que no te abandono, ¡que voy contigo! Este señor de la bata blanca te llevará al jardin y te sentará en tu banquito de siempre....¡Mira que sol tan bonito! ......Estoy contigo y no te dejaré nunca, nunca....¡te quiero tanto!

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