He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste más triste que un tintero
Triste no soy o si lo soy no sé
la maldita razón porque no quiero
He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste en las calles de mi raza
He vuelto a estar más triste que un quinqué
más triste que una taza
Estoy sentado ahora en un café
y mi alma late late
de sed de no sé qué
tal vez de chocolate
No quiero esta tristeza medular
que nos da un golpe traidor en una tarde
Pide cerveza y basta de pensar
El cerebro está oscuro cuando arde.
Gracias por poner este poema, o mejor dicho gracias por traer a Edmundo de Ory, siempre es un placer leer sus letras.
ResponderEliminarUn beso
Lo cierto Madi es que he leído poquita cosa suya (los poemas que hay en 'A media voz'). Éste me gustó, aún sin haberlo empezado a leer, porque siempre me han atraído las historias de café: pintadas, narradas o recitadas.
ResponderEliminarUn beso.