lunes, 26 de febrero de 2007

Regreso

La luz que regala la tarde, cuando la luna y el sol defienden su techo, invita al ensueño. El silbar del aire, calmando la arena, borrando pasados, allanando huecos, facilitando el camino que de nuevo llevo. Es el suave murmullo del agua, bendita pureza, quien me reclama la vista con gran insistencia: fondo marino de limpio cristal, espejo natural. Al fin regreso.

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