No quiero asustarte, pero te imagino con toda facilidad muriendo notablemente, de un modo u otro, por una causa totalmente indigna. Si escribo una cosa para ti, ¿la leerás con atención?¿Y la guardarás?
- Claro que sí - dije. Y lo hice. Aún tengo el papel que me dió.(...)
- Curiosamente, esto no lo escribió un poeta que ejerciera como tal. Lo escribió un psicoanalista que se llamaba Whilhem Stekel. Esto es lo que...¿Me sigues?
-Sí, claro que sí.
-Esto es lo que dijo:
Lo que distingue al hombre inmaduro es que aspira a morir notablemente por una causa, mientras que el hombre maduro aspira a vivir humildemente por ella."
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"Una vez que dejes atrás a todos los señores Vinson, comenzarás a acercarte, si eso es lo que quieres, y lo que ansías, y lo que esperas, a un tipo de conocimiento muy querido por tu corazón. Entre otras cosas, verás que no eres el primero a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado. Te alegrará y te estimulará saber que no estás solo en ese sentido. Son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú ahora. Felizmente, algunos de ellos han dejado constancia de su sufrimiento. Y de ellos aprenderás si deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún día de tí si tienes algo que ofrecer. Se trata de un hermoso acuerdo de reciprocidad. No se trata de educación. Es historia. Es poesía."
El guardián entre el centeno, J. D. Salinger
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