_ Si te preguntan alguna cosa Antoinette, dirás que vivíamos en el Midi todo el año. No es necesario que especifiques si era Cannes o Niza, di solamente el Midi... a menos que te pregunten; entonces, es mejor que digas Cannes, es más distinguido... Pero naturalmente, tu padre tiene razón, sobretodo debes callar. Una niña debe hablar lo menos posible con los mayores.
Y la echaba con un gesto de su hermoso brazo desnudo, que había engordado un poco, en el que brillaba el brazalete de diamantes regalo reciente de su marido, que no se quitaba más que para bañarse. Antoinette recordaba todo eso vagamente, mientras su madre preguntaba a la inglesa:
-¿Tiene Antoinette la letra bonita, al menos?
-Yes, Mrs. Kampf.
-¿Por qué?- preguntó la aludida tímidamente.
-Porque podrás ayudarme esta noche a escribir los sobres -explicó su madre-. Tengo que enviar casi doscientas invitaciones, ¿comprendes? No lo conseguiré yo sola... Miss Betty autorizo Antoinette a acostarse hoy una hora más tarde de lo habitual... Estarás contenta, espero -añadió volviéndose hacia su hija.
Pero como Antoinette callaba, sumida de nuevo en sus ensoñaciones, la señora Kampf se encogió de hombros.
-Siempre está en la luna, esta niña -comentó a media voz-. Un baile, ¿no te sientes orgullosa, acaso, al pensar que tus padres van a ofrecer un baile? No tienes mucho empuje, me temo, pobre hija mía -concluyó con un suspiro, y se fue. (págs. 17 - 18)
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