domingo, 10 de diciembre de 2006

OLYMPO - Dan Simmons


La segunda noche de caminata por la Brecha Atlántica como Moira, Harman se encontró pensando en muchas cosas.

Algo en aquello de caminar entre dos altas murallas de agua (el Atlántico tenía en aquel punto más de mil quinientos metros de profundidad, en su segundo día de camino y a casi ciento veinte kilómetros de la costa) era absolutamente mesmérico. Un puñado de memorias proteínicas almacenadas en las hélices de ADN en algún lugar de su espalda tiró pedantemente de la conciencia de Harman y quiso repasar los detalles. (La palabra mesmérico procede de Franz Anton Mesmer, nacido el 23 de mayo de 1734 en Iznang, Suavia, fallecido el 5 de marzo de 1815 en Meersburg, Suavia: físico alemán cuyo sistema terapéutico conocido como mesmerismo, en el que tomaba control simpatético de la conciencia de sus pacientes, fue el predecesor de la posterior práctica de la hipnósis...) La mente de Harman, perdida en laberintos de pensamiento, apartó la interrupción. Estaba consiguiendo descartar las voces absurdas que rugían en su mente, pero la cabeza aún le dolía a rabiar.

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El Demagorgo truena. Tan fuerte que al principio Aquiles piensa que se trata del volcán más cercano en plena erupción. Entonces el tronar se modula en palabras.

-SI EL ABISMO PUDIERA VOMITAR SUS SECRETOS...PERO UNA VOZ ES DESEO, LA PROFUNDA VERDAD NO TIENE IMÁGENES; ¿DE QUÉ TE SERVIRÍA POSAR TU MIRADA EN ELMUNDO QUE GIRA?¿DE QUÉ SIRVE HABLAR DE HADO, TIEMPO, OCASIÓN, OPORTUNIDAD Y CAMBIO?A TODAS ESTAS COSAS ESTÁN SUJETAS MENOS EL AMOR ETERNO Y LA PERFECCIÓN DE LA QUIETUD.

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