lunes, 18 de agosto de 2014

Epopeya de Gilgamesh (S.XXVII a.C.)

Tablilla III


...
El se lavó la sucia cabellera, acicaló sus armas. La trenza de su pelo sacudió contra su espalda. Arrojó sus manchadas cosas, se puso otras limpias. Se envolvió en un manto franjeado y se abrochó un ceñidor. Cuando Gilgamesh se hubo puesto la tiara. La gloriosa Istar levantó un ojo ante la belleza de Gilgamesh:
«¡Ven, Gilgamesh, sé tú mi amante! Concédeme tu fruto. Serás mi marido y yo seré tu mujer. Enjaezaré para ti un carro de lapislázuli y oro. Cuyas ruedas son áureas y cuyas astas son de bronce. Tendrás demonios de la tempestad que uncir a fuer de mulas poderosas. En la fragancia de los cedros entrarás en nuestra casa. Cuando en nuestra casa entres. ¡El umbral y el tablado besarán tus pies! ¡Se humillarán ante ti reyes, señores y príncipes! El producto de colinas y de llano te ofrecerán por tributo. Tus cabras engendrarán crías triples, tus ovejas gemelos. Tu asno en la carga sobrepujará a tu mula. Los corceles de tu carro serán famosos por su carrera. ¡Tu buey bajo el yugo no tendrá rival!» Gilgamesh abrió la boca para hablar. Diciendo a la gloriosa Istar: «¿Qué daré a ti para que pueda tomarte en matrimonio? ¿Te daré aceite para el cuerpo y vestidos? ¿Daré pan y vituallas? [... ] comida digna de la divinidad, [... ] bebida propia de la realeza. (mutilado) [¿... si yo] te tomo en matrimonio? No eres más que un brasero que se apaga con el frío; Una puerta trasera que no detiene la ráfaga ni el huracán; Un palacio que aplasta al valiente [...]; Un turbante cuyo amparo [...]; Pez que ensucia a los porteadores; Odre que empapa al que lo carga; Piedra caliza que comba el baluarte de piedra; Jaspe [que ... ] país enemigo; ¡Calzado que oprime el pie de su propietario! ¿A cuál amante amaste siempre? ¿Cuál de tus pastores plugo a ti constantemente? Vamos, y mencionaré para ti tus amantes: De...[.. ] Para Tammuz, el amante de tu juventud. Has ordenado llantos año tras año. Habiendo amado al pintado pájaro pastor. Le lastimas, rompiendo su ala. En los sotos permanece, chillando: "¡Mi ala"! Después amaste a un león, perfecto en fuerza; Siete hoyas y siete cavaste contra él. Luego a un garañón amaste, famoso en la batalla; El látigo, el acicate y la brida ordenaste para él. Decretaste para él un galope de siete leguas. Decretaste para él una bebida de agua cenagosa; ¡Para su madre, Silili, ordenaste gemidos! Después amaste al guardián del rebaño. El cual siempre amontonó para ti pasteles. A diario sacrificó cabritos por ti; Pero tú le afligiste, trocándole en lobo. Para que sus gañanes le ahuyentaran. Y sus perros le mordieran las ancas. Luego amaste a Isullanu, jardinero de tu padre. Que te ofrecía siempre cestas de dátiles. Y diariamente adornó tu mesa. Tus ojos se levantaron hasta él, tú fuiste a él: "Oh Isullanu mío, ¡probemos tu vigor! ¡Extiende tu «mano» y toca nuestra «modestia»!" Isullanu te dijo: "¿Qué deseas de mí? ¿Acaso no coció mi madre, no he comido. Para que yo pruebe el manjar hediondo, impuro? ¿Protegen las cañas del frío?". Cuando le oíste hablar así. Le castigaste y le convertiste en un topo. Le colocaste en medio de. . [. ]; No puede subir... no puede bajar... Si me amas, me tratarás como a ellos». Cuando Istar oyó esto, Istar se enfureció y ascendió al cielo. Se adelantó Istar ante Anu, su padre. A Antum, su madre, fue y dijo: «Padre mío, ¡Gilgamesh ha acumulado insultos sobre mí! Gilgamesh ha enumerado mis hediondos hechos. Mi fetidez y mi impureza». (...)
Museo de Pérgamo, Berlín '14

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